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MARIA NUESTRA MADRE LA DAMA BLANCA DE LA PAZ

ESPIRITU SANTO

ESPIRITU SANTO

LOS SIETE DONES DEL ESPIRITU SANTO

Los dones del Espíritu Santo son hábitos sobrenaturales infundidos por Dios en las potencias del alma para recibir y secundar con facilidad las mociones del propio Espíritu Santo al modo divino o sobrehumano.

Sabiduríagusto para lo espiritual, capacidad de juzgar según la medida de Dios

 Inteligencia (Entendimiento): Es una gracia del Espíritu Santo para comprender la Palabra de Dios y profundizar las verdades reveladas.

Consejo: Ilumina la conciencia en las opciones que la vida diaria le impone, sugiriéndole lo que es lícito, lo que corresponde, lo que conviene más al alma.

Fortaleza: Fuerza sobrenatural que sostiene la virtud moral de la fortaleza.  Para obrar valerosamente lo que Dios quiere de nosotros, y sobrellevar las contrariedades de la vida. Para resistir las instigaciones de las pasiones internas y las presiones del ambiente. Supera la timidez y la agresividad.

Ciencia: Nos da a conocer el verdadero valor de las criaturas en su relación con el Creador.

Piedad: Sana nuestro corazón de todo tipo de dureza y lo abre a la ternura para con Dios como Padre y para con los hermanos como hijos del mismo Padre.  Clamar  ¡Abba, Padre!

Temor de Dios: Espíritu contrito ante Dios, concientes de las culpas y del castigo divino, pero dentro de la fe en la misericordia divina. Temor a ofender a Dios, humildemente reconociendo nuestra debilidad. Sobre todo: temor filial, que es el amor de Dios: el alma se preocupa de no disgustar a Dios, amado como Padre, de no ofenderlo en nada, de "permanecer" y de crecer en la caridad (cfr Jn 15, 4-7).

ORACION AL ESPIRITU SANTO


Ven Espíritu Santo: 


Ven, Espíritu Santo,

Llena los corazones de tus fieles

y enciende en ellos

el fuego de tu amor.

Envía, Señor, tu Espíritu.y 

todas las cosas serán creadas y 

 renovarás  la faz de la Tierra.

Oración:

Oh Dios,

que llenaste los corazones de tus

fieles con la luz del Espíritu

Santo; haz que,

guiados por el mismo Espíritu,

saboriemos la dulzura del bien y

gocemos siempre de tus Divino consuelo.

Por Jesucristo Nuestro Señor.

Amén.

 

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