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MARIA NUESTRA MADRE LA DAMA BLANCA DE LA PAZ

Capitulo 7 APARICIONES

Capitulo 7 APARICIONES

En el mes de Octubre del año 83,la Santísima Virgen le dió a conocer al vidente un mensaje, creo yo uno de los más fuertes y dolorosos que Le hemos oido. Se Le aparece llorando a Miguel Angel y le dice:

" Que Su Corazón está muy triste y le dice:

Los sacerdotes, ministros de mi Hijo,  por sus vidas malvadas, por sus irreverencias y su impiedad en la celebración de los santos misterios, por su amor al dinero, su amor a los honores y los placeres, los sacerdotes se han convertido en cloacas de impureza. Sí, los sacerdotes están pidiendo venganza, y la venganza está suspendida sobre sobre sus cabezas. ¡Ay de los sacerdotes y de las personas consagradas a Dios, que por sus infidelidades y su vida malvada están crucificando de nuevo a mi Hijo! Los pecados de las personas consagradas a Dios claman al Cielo y piden venganza, y he aquí que la venganza está a sus puertas, pues no queda nadie para implorar misericordia y perdón para la gente; no hay más almas generosas, no queda nadie digno de ofrecer la Víctima sin mancha al Eterno por el bien del mundo.

Vengo a Peñablanca a salvar almas que van a la perdición, Voy a repetir aquí mensajes que ya dí en otras aparciones."

Efectivamente éste mensaje tan doloroso para la Iglesia, Ella ya lo había dicho en La Salette Francia en 1846. Como es de imaginar nadie de nosotros sabíamos dimensionar en ese momento dichas palabras. Muchos en ese entonces dejaron de ir a las Apariciones por no creer que La Santísima Virgen hablara así de una parte tan importante de la Iglesia. Que no era lenguaje para la Virgen .

Con los años el mismo Santo Padre ha tenido que pedir disculpas públicas por algunas actuaciones, y pedir mucha oración por ellos.

Es más estamos en el Año Sacerdotal:

EL PAPA  INAGURA EL AÑO SACERDOTAL PIDIENDO PRESBÍTEROS SANTOS

CIUDAD DEL VATICANO, viernes 19 de junio de 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI inauguró en la tarde de este viernes el Año Sacerdotal constando la necesidad que tiene la Iglesia de santos sacerdotes.

Al mismo tiempo, al presidir las segundas vísperas en la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, en la Basílica Vaticana, reconoció que el mayor sufrimiento para la Iglesia es el pecado de los sacerdotes.

 

 

 

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